Las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) son un herramienta básica para
lograr productos lácteos seguros para el consumo humano, que se
centralizan en la higiene y la forma de manipulación, que se concatenan a su
vez de otras herramientas como los Procedimientos Operativos
Estandarizados de Saneamiento (POES). Esto da los cimientos
indispensables para la implementación en nuestra planta de un Análisis de
Riesgos y Puntos Críticos de Control (conocido como HACCP), que es un
aspecto fundamental en una empresa productora de alimentos como las
empresas lácteas, la cual debe partir del compromiso de todos sus
integrantes para garantizar la inocuidad de los productos que elaboran a
través de la gestión de la calidad de cada uno de los procesos que desarrollan.
Profesionales, jefes de Calidad, técnicos, estudiantes, encargados en la implementación de BPM, POES, controles y registros de procesos y procedimientos, consultores en alimentos.